LLUVIA DE IDEAS
CEDEPO.: Técnicas participativas para la educación
popular, Ed. Humanitas (modificado)
Objetivos:
n poner en común el conjunto de ideas o conocimientos que cada uno
tiene sobre el tema y colectivamente llegar a una síntesis, conclusiones o
acuerdos
n un segundo objetivo, no expresado en el artículo, es la activación
de esquemas cognitivos de las personas, lo cual está avalado por trabajos que
muestran que la discusión previa (aunque no necesariamente usando esta técnica)
facilita un mejor aprendizaje del tema
n el otro gran objetivo es la creatividad, que permite aflorar ideas
que de otra manera serían bloqueadas antes de salir, por la autocensura o por
la censura del grupo. esto tampoco está mencionado en el artículo, que
evidentemente se inclina por lo metodológico y lo práctico, antes que por lo
teórico.
Utilidad:
n para realizar un diagnóstico sobre lo que el grupo conoce o piensa
de una tema, que se discutirá y profundizará durante el trabajo (aquí se
inscribe la técnica de mapeo semántico, aunque con la importante consideración
que no es sólo para diagnóstico, sino que permite activar conocimientos previos). Es útil una breve sesión de lluvia
de ideas cuando se trabaja en pequeños grupos, preparando un tema que se va a
presentar en plenario. Se puede combinar con el papelógrafo.
n Para elaborar conclusiones sobre un tema
n Para planificar acciones concretas
n Para evaluar trabajos realizados
Desarrollo:
El coordinador debe hacer una pregunta clara, donde
exprese el objetivo que se persigue. La pregunta debe permitir que los
participantes respondan a partir de su realidad, de su experiencia. En la
primera fase no se discute; se le puede pedir a un compañero que aclare lo que
no se le ha comprendido. La cantidad de ideas que cada participante puede
presentar, puede ser libre o predeterminarse. Cada uno debe dar por lo menos
una idea.
Anotar:
Mientras los participantes van expresando sus
ideas, el coordinador va anotándolas en una pizarra o un papel, o bien lo hace
una persona designada por el grupo o un voluntario. La anotación de la lluvia
de ideas puede hacerse tal como van surgiendo, en desorden, si el objetivo es
conocer la opinión que el grupo tiene. En caso de que el objetivo sea analizar
los diferentes aspectos de un problema, o hacer el diagnóstico de una situación
es importante ir anotando las ideas con cierto orden.[1]
El orden puede simplemente consistir en ir organizando sutilmente columnas a
las cuales se les va dando un encabezamiento. Por ejemplo, en el libro se
sugiere que si un participante da como causa “precio muy caro de las medicinas”
se cree una columna que sea encabezada con el rótulo: problemas de atención
médica o bien “dificultades económicas” y a medida que los participantes
aportan se permitiría un fluir libre, pero anotando las palabras clave en
diferentes columnas. Al finalizar se obtendrán varias columnas o conjuntos de
ideas que nos indicarán por donde se concentra la mayoría de las opiniones del
grupo, lo que permitirá ir profundizando cada aspecto del tema a lo largo de la
discusión.
Ordenar y
discutir:
Una vez terminada la anotación se discute para
escoger aquellas ideas que resuman la opinión de la mayoría del grupo o se
elaboran en grupo las conclusiones, realizándose un proceso de eliminación o
recorte de ideas.
Variaciones:
n Recordemos que la lluvia de ideas ha sido utilizada por Heimlich y
Pittelman como parte de la estrategia de mapeo semántico.
n Tarjetas: El sistema varía en que las ideas se escriben en tarjetas, una
idea por tarjeta. Luego se recogen y se van pegando en el pizarrón o afiche, lo
cual se puede ir haciendo ordenadamente desde el principio o no. Las tarjetas
puede elaborarse en forma individual o por grupos, el número puede ser limitado
(por ej. tres por persona) o no. Las tarjetas pueden pegarse en forma ordenada
por el coordinador o se permite mayor movimiento y cada persona o grupo va
acomodando e interactuando con los demás, y con lo que los demás han escrito.
Se pueden empezar a clasificar, pidiendo a alguien que lea una tarjeta y luego
pedir al grupo si existe alguna que se refiera al mismo tema, para ir juntando.
El coordinador favorece la participación: al colocare una tarjeta en
determinado locus pregunta al grupo
si se está de acuerdo. Puede realizarse una votación para determinar el orden de
importancia.
n Una manera de combinar la lluvia de ideas con el método que he
presentado de taller para estructuras, es repartir las tarjetas de otros grupos
o duplicarlas para que cada subgrupo junte las tarjetas que se refieren al
mismo problema y las clasifique. Cuando están las columnas, la tarea de
nombrarlas con un título puede también ser grupal.
n La lluvia de ideas cuando el problema es complejo se puede
realizar por partes. Por ej., primero tratar las causas, luego los caminos o
soluciones, etc.
Recomendaciones:
n El coordinador debe preguntar constantemente si el plenario está
de acuerdo en la ubicación de cada tópico. Más que colocarlas personalmente, es
preferible que abra a la participación y pregunte cuál sería la ubicación.
n Se puede hacer que cada participante anote su idea sintetizada en
un epígrafe o una proposición, que luego explicará con mayores argumentos, lo
cual dará mayor dinamismo a la reunión.
n Si los propios participantes son los que ubican los temas o
tarjetas, debe estar atento a que se haga correctamente o bien pasarlo a
discusión.
n Debe hacer breves síntesis sobre un conjunto de opiniones dichas.
[1] Yo creo que no. La cuestión del orden pertenece a una lógica
diferente que la que alimenta la lluvia de ideas, que es dar espacio a la
creatividad. Si hay orden, habrá disciplinamiento, más que fluir libre. En
cualquier caso prefiero que se haga el ordenamiento en el segundo paso.
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